Cómo llegar:
Por la autovia A-8 hasta la salida de Muros de Nalón. Desembocamos en una rotonda y tomamos la salida que indica a Somao, por la AS-352. Pasamos Somao y, dos km. más allá, hay un indicador al Area Recreativa de la Peñona, con amplio aparcamiento.

La Ruta:
Comenzamos a caminar en el Ärea Recreativa de la Peñona, por una pista que gana altura suavemente para remontar los 40 m. que nos faltan para coronar el Alto de la Peñona (496 m.), primera cumbre puntuable para el trofeo de picos de 2019.
Tras echar un vistazo al panorama, descendemos hacia el sur, buscando la carretera AS-352. En este punto arranca una buena pista, con roderas y suelo de hierba, que nos introduce en un frondoso pinar, donde dejaremos plantado nuestro árbol tradicional.
Terminado el trabajo, seguimos caminando por la pista, en agradable paseo, hasta salir a una carretera, que seguimos a la izda., un corto tramo en suave subida, para dejarla de inmediato y tomar otra, a la derecha, que baja a San Cristóbal.
Pasado San Cristóbal, seguimos la carretera hasta llegar a Bustiello y, sin entrar en el pueblo, abandonamos la carretera para tomar un ancho camino que sigue la instalación del gas y que, tras varias subidas y bajadas, nos va a conducir a la Ermita de Santa Ana de Montarés y al Alto del mismo nombre, segunda cumbre puntuable (402 m.), con una antena bien visible.
La bajada la haremos hacia el Este, por una pista asfaltada que, tras pasar por Otero, nos va acercando a la autovía. Cruzamos ésta por debajo del viaducto y, seguidamente, hacemos lo mismo con la carretera nacional por un puente elevado, para llegar al pueblo de Piñera y al restaurante Casa Lupa, punto final de esta cómoda travesía montañero-senderista. 

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Horario 4:00 h  Desnivel de subida 350 m Desnivel de bajada 650 m Distancia horizontal 11 km Tipo de recorrido Travesía   Invierno

1 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 1 Dificultad en el desplazamiento 1 Cantidad de esfuerzo necesario

Una ruta sencilla para visitar las necrópolis que existen en la planicie del Monte Areo, y de paso, acceder al escondido vértice geodésico, que sitúa la cota superior del concejo de Carreño. Como curiosidad, este monte, fue uno de los lugares que se barajaron en su día para instalar el aeropuerto de Asturias. Al final, el aeropuerto se asentó en Santiago del Monte, y este lugar ha quedado como una zona para la producción de madera, entre otros usos.

Salimos de la Iglesia de Santiago de Ambás (Carreño). Atravesamos el pueblo, y tomamos una pista forestal para subir el único repecho del día y que nos permitirá llegar a la planicie que forma la amplia cima, para atravesarla de Sur a Norte. Con poco esfuerzo, superamos los escasos metros, habiendo dejado a nuestra dcha. una fuente restaurada por un taller de empleo. Entramos en un terreno muy cómodo y que va atravesando diversas pistas para llegar a la necrópolis de los Llanos. Aquí encontraremos un túmulo, un bonito dolmen, y los restos del que fue otro dolmen en su día. Salimos de nuevo a la pista y tomamos dirección N. para encontrarnos un poco más adelante con el Mirador de la Peña El Carro, hermoso   balcón, desde donde divisamos una buena panorámica del concejo de Carreño.
Retomamos trayecto por pista en dirección al Área Recreativa del Monte Áreo, con mesas y bancos, y una bonita laguna, que bien merece unas fotos. Salimos de ella con dirección a la necrópolis de San Pablo. Un poco antes, llegaremos a un cruce en el que nos desviaremos unos metros de la ruta para atravesar un prado y acceder al escondido Vértice Geodésico; estamos en el techo del concejo de  Carreño a 264 metros de altitud. Tras la visita, vuelta a la ruta, llaneando durante un tramo con dirección N.E. En breve comenzamos a bajar, e inmediatamente encontramos la última necrópolis donde veremos un nuevo túmulo y dolmen; es la necrópolis de San Pablo. A partir de aquí, bajamos por pista, y giramos a la izda. hasta encontrar unos invernaderos. Nuevamente un giro a la dcha., para tomar  una pequeña carretera que pasando por la ermita de Nª. Sra. de Los Remedio, nos deposita en la carretera principal. En su margen derecho se encuentra el Centro de Interpretación de los Dólmenes del Monte Areo. Nos restan  unos 3 Km de carretera por senda peatonal, para llegar de nuevo a la iglesia de Santiago de Ambás, y  dar por finalizada ésta  fácil travesía, por el concejo de Carreño.

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Horario 4:00 h  Desnivel de subida 401 m Desnivel de bajada 401 m Distancia horizontal 14 km Tipo de recorrido Circuito   Invierno

1 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 1 Dificultad en el desplazamiento 1 Cantidad de esfuerzo necesario

Comenzamos a caminar en Pedroveya (540 m.), hermoso pueblo al pie de La Mostayal, que posee una interesante iglesia. Tomamos una antigua pista forestal, hoy convertida en carretera de montaña, que finaliza en la pequeña aldea de La Rebollada. Remontamos la calle principal del pueblo hasta su parte más alta y nos desviamos a la derecha, por una rampa cementada que gana altura rápidamente y se dirige hacia un evidente collado que divisamos hacia el Sur, ante nosotros.
Seguimos la pista, que sigue remontando en fuerte subida, hasta que, ya a la altura del collado, inicia una curva a la izquierda desviándose del mismo. La abandonamos en este punto y tomamos un camino que nos conduce a una portilla, tras la cual se abre un amplio prado. Atravesamos el prado e iniciamos una subida por la herbosa ladera oriental de la Sierra de Serandi, hasta coronar el Collado de la Canal Seca (910 m.), donde hay una cabaña en ruinas cercada de piedras.
En este punto se divide el grupo. Los senderistas seguirán el camino que baja hacia la otra vertiente, mientras que el grupo de picos remontarán el cordal que queda a la derecha (Sierra de Serandi).  En su punto más alto (944 m.) hay una pequeña imagen religiosa. El resto del cordal es un riscal de lajas puntiagudas, muy problemático de caminar, por lo que es preferible seguirlo a media altura por la izquierda de las crestas.  El descenso se efectúa hacia el Oeste, retrocediendo en diagonal para buscar el camino que traspone el Collado de la Canal Seca y se dirige a Serandi.
El camino, casi una senda en este tramo, desciende serpenteando suavemente. Tras dejar atrás una casa en buen estado, hay incluso algunos tramos en que gana altura mientras progresa hacia el Norte. Luego, gira a la izda. y vuelve a descender decididamente, hacia una casa, muy visible desde arriba, en el collado de la Habana. Junto a esta casa arranca una senda que, tras atravesar una portilla, nos acerca al espectacular mirador del Alto de la Habana, sobre el Desfiladero de la Xanas.
Retomamos el camino, que bruscamente gira al sur y desciende ya decididamente hacia Serandi, pueblo enclavado en  la ladera sur de la sierra que lleva su nombre. De la parte más baja del pueblo arranca una pista en claro descenso. Al llegar a la depuradora del pueblo, la pista se bifurca: tomamos el ramal de la derecha, que nos conduce hasta la pequeña, pero espectacular, Foz de Pícaros y, pasada esta, desemboca en la Senda del Oso. Seguimos ésta hacia la izda y, en poco más de 1000 m, llegamos a la central Hidroeléctrica de Proaza, final de  ruta.

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Horario 5:30 h  Desnivel de subida 410 m Desnivel de bajada 750 m Distancia horizontal 15 km Tipo de recorrido Travesia   Invierno

2 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 3 Dificultad en el desplazamiento 2 Cantidad de esfuerzo necesario

Empezamos a caminar en el Alto de la Llama (420 m.), por una pista que sale de la carretera con rumbo SE y va ganando altura rápidamente. En su primera parte atraviesa un pequeño bosque autóctono;  luego dejamos atrás dos desvíos a la derecha (el primero de ellos conduce a la zona de la Infiesta; el segundo se introduce en el valle de Campu Ríu). Seguimos subiendo sin tregua hasta coronar la Collada de Oviñes (850 m), puerta de entrada al macizo del Sueve por su costado occidental.
La pista continúa al otro lado y, tras un corto descenso, llegamos a la famosa Majada de Espineres, una hermosa campera en la que se alza un grupo de cabañas bien conservadas. Entre ellas encontramos una pequeña hornacina con la Cruz de María Mingo y, un poco más apartada, una buena fuente.
Dejamos la majada y tomamos rumbo sur, por un paraje agreste, sin caminos, de una belleza sublime, en el que abundan los “jous” y las agrupaciones rocosas, lo que obliga a ir buscando contínuamente el mejor itinerario para progresar hacia el borde sur-occidental del macizo del Sueve. Como referencia, nos puede servir el cordal formado por los picos Les Llábanes, Roseñeru y Los Cuervos, que queda siempre a nuestra derecha.
Tras un entretenido paseo por este paraje, damos vista al pico Ordiyón, que surge de repente frente a nosotros, y, a sus pies, la collada Campucima, punto clave de la travesía (588 m.).
Llegamos a la collada por una senda que baja en diagonal desde la penillanura del macizo y, desde ella, acometemos el ascenso (opcional) al pico Ordiyón, que no reviste dificultad alguna (711 m.).
De vuelta a la collada Campucima, tomamos un estrecho sendero que transita a media altura por la falda del pico y va rodeándolo en el sentido de las agujas del reloj a medida que va perdiendo altura. Ya en la base de la ladera meridional, los últimos cien metros de este sendero se encuentran invadidos por barro y maleza de todo tipo, haciéndose muy difícil progresar hasta una portilla que en otros tiempos fue verde (recomendables aquí polainas y mangas largas).
Atravesada la portilla, salimos a una pista, por la que transitamos primero en suave ascenso, hasta un collado bajo los cables del tendido eléctrico; luego en descenso, haciendo zig-zags, hasta empalmar con otra pista que sale a la derecha. Tras pasar una segunda portilla verde, la pista desciende rápidamente hacia el pueblo de Miyares (190 m.), final de esta travesía.

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Horario 5:50 h  Desnivel de subida 650 m Desnivel de bajada 880 m Distancia horizontal 14 km Tipo de recorrido Travesia   Invierno

3 Severidad del medio natural 3 Orientación en el itinerario 3 Dificultad en el desplazamiento 3 Cantidad de esfuerzo necesario

Posiblemente, este sea el recorrido más completo del Monte Corona, permitiendo conocer y divisar sus magníficas manchas autóctonas y visitando las ermitas de San Antonio y San Esteban.

Rioturbio. Atravesando el núcleo por su parte baja, se deja el asfalto para seguir una pista que asciende muy suavemente por la margen derecha del Río Turbio, entre pastizales, manchas de bosque y alguna repoblación. Tras un buen rato, en una bifurcación seguimos por la derecha y enseguida se cruza el río por un puente, es el Puente Bichurichas, ubicado en la parte baja del magnífico robledal de Corona, a partir de aquí la subida se hace más directa entre el bosque. La pendiente es muy regular, y permite apreciar la riqueza y variedad de este sorprendente bosque, tan próximo a la costa y situado a tan baja altitud, compuesto sobre todo de robles, pero también de hayas, castaños, avellanos, acebos y abedules. Tras un buen rato de subida, y justo después de pasar junto a un claro con varias mesas, se llega a una bifurcación. Nos desviamos a la derecha, en suave descenso, dejando pronto un ramal asfaltado a la izquierda que se dirige al cercano pueblo de Caviedes, y llegando un poco más adelante hasta una bella ermita construida con sillares de arenisca, en cuyas inmediaciones se ha creado un área recreativa, es la Ermita de San Antonio.  Ubicada entre árboles, en una loma con vistas hacia el oeste, el paraje merece una parada de descanso. Retornamos por el mismo camino hasta el desvío, seguimos a la derecha, subiendo por la pista, que tiende a girar hacia el este, discurriendo por las cabeceras del Monte Corona. En un cruce de varias pistas hay que seguir a la izquierda, continuando entre pinares, repoblaciones de hayas y algún tramo despejado. Tras una breve bajada hasta un colladín, una corta subida nos lleva a otra área recreativa salpicada de varias esculturas de piedra; estamos en  el Mirador de Los Pintores Montañeses. Este paraje, denominado Las Argayadas, fue dedicado en su día a los pintores de la región y también se ubica en una loma, contando con un mirador que proporciona la mejor vista del Monte Corona. Otro tramo de subida, y se alcanza una bifurcación en la que hay que ir a la izda., llegando al pie de una curiosa construcción de gran altura, es la Torre de vigilancia de Incendios (280 m.),  situada en una de las mayores elevaciones del Monte, permite controlar buena parte de su extensión. Sin necesidad de llegar, hay que seguir hacia la izda. por un ramal asfaltado que baja entre una población de roble americano, hasta un collado y un amplio aparcamiento, ascendiendo después entre repoblaciones de diversas especies, alerces, cipreses, pinos o castaños hasta alcanzar un nuevo cruce. Dejando el ramal de la dcha., subimos por el que tenemos enfrente  y que  nos lleva hasta una nueva ermita, es la Ermita de San Esteban. Desde este alto se contempla buena parte de la costa occidental de Cantabria, aunque hacia el sur la altura de los árboles tapa parcialmente la visión. Un antiguo mirador nos indica las panorámicas más destacadas. Retornando al cruce anterior, ahora seguimos a la izquierda por una pista descendiendo primero entre castaños y luego entre pinos y eucaliptos. Pronto se deja un desvío a la derecha que se dirige a Ruiseñada, continuando el descenso por la izquierda, ignorando algún desvío secundario. Tras un buen rato de bajada, se llega a terreno más llano, saliendo a conectar con una estrecha carretera junto a un puente sobre la marisma de la Ría de Ia Rabia. En poca distancia hemos pasado del ambiente forestal a este humedal costero, y siguiendo a la izquierda, en recorrido prácticamente llano, se retorna al punto de partida. La ruta puede continuarse unos 6 Km, más y llegaríamos a Comillas.

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Horario 4:30 h  Desnivel de subida 300 m Desnivel de bajada 300 m Distancia horizontal 15,5 km Tipo de recorrido Travesia   Invierno

1 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 1 Dificultad en el desplazamiento 1 Cantidad de esfuerzo necesario

Esta ruta fue empleada por los vaqueiros de alzada de Valdés para alcanzar los pastos de verano de Tineo y nos permite conocer un entorno declarado Paisaje Protegido y Monumento Natural. Las Hoces del Esva forman un impresionante desfiladero entre las localidades de S. Pedro (Pueblo Ejemplar de Asturias 2001) y de Calleras.
Saliendo de S. Pedro en dirección sur, pronto alcanzamos el pueblo de Bustiello donde nos desviaremos a la izquierda para visitar la Central Hidroeléctrica del Esva, hoy abandonada y a punto de ser engullida por la naturaleza. De vuelta al cruce, tras unos leves ascensos y descensos, llegaremos al pueblo de Calleras atravesando varias pasarelas de madera colgadas sobre el río. Desde estas pasarelas se puede apreciar la presa abandonada de la Central.
Desde Calleras el camino se empina a través de un bosque autóctono (robles y hayas) hasta llegar a la braña de Adrado. La subida nos va a permitir una magnífica  vista aérea de las Hoces. A la salida de Calleras nos desviamos a la derecha si queremos alcanzar el Pico la Espina (793m), límite natural entre Valdés y Tineo. Por su ubicación, es una excelente atalaya tanto de la rasa costera como del interior de los concejos de Tineo y Villayón. El descenso se realiza en dirección noroeste hasta reencontrar a los senderistas en el pequeño caserío de Adrado.
Desde ese punto el camino, en acusado descenso, nos conduce de nuevo al pueblo de S. Pedro de Paredes, fin de esta pintoresca ruta montañera.

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Horario 5:30 h  Desnivel de subida 675 m Desnivel de bajada 675 m Distancia horizontal 18,5 km Tipo de recorrido Travesia   Invierno

2 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 3 Dificultad en el desplazamiento 3 Cantidad de esfuerzo necesario

La ruta comienza en los mazos,  Km  22 de la AS-12, a unos 2 km de Boal, frente a la Casa de la Apicultura, y está señalizada como PR AS-229. Tomamos una pista cementada que baja hacia el arroyo de Pendía, cruza éste por puente e inicia una corta pero fuerte subida hacia el otro lado, hasta encontrarnos en una bifurcación señalizada.  Tomamos el sendero de la izquierda (el indicador señala a Cortín), que desciende hacia el arroyo del Reguerón; al llegar a éste, el sendero efectúa un fuerte giro a la izquierda, cruza el arroyo por piedras y sigue descendiendo por un bosque muy húmedo hasta llegar de nuevo al arroyo de Pendía, que cruzamos por un puente de piedra.
El camino discurre ahora un buen tramo entre el arroyo, a nuestra derecha,  y la carretera As-12, por encima de nosotros, a la izquierda. Tras algunas cortas subidas y bajadas, cruzamos por puente el arroyo de Santa Eulalia. El camino se convierte en una pista alfombrada de verde que transcurre en llano un buen trecho, hasta desembocar en la carretera local  que baja a Pendía.  Seguimos esta, hacia la derecha, unos 1000 metros; tras un fuerte giro a la izquierda, en el que se vuelve a cruzar el río Pendía, tomamos una pista que sale a la derecha en suave ascenso. Quince minutos después encontramos una desviación señalizada al Castro de Pendía, de visita obligada por su interés arqueológico.
De vuelta a la pista, esta continúa ascendiendo de forma moderada pero continúa hasta desembocar en otra pista, esta asfaltada, que continua ascendiendo, cruza la carretera local BO-1 y, unos 200 m. más adelante, la abandonamos, siguiendo las señales del PR, para introducirnos en el bosque por una pista bien marcada, a la derecha.   La pista sube sin pausa , zigzagueando entre los árboles, hasta situarnos a los pies del P. Penácaros, que en realidad no es más que una loma muy fácil de subir. Los que no quieran hacer cumbre, pueden seguir la pista, que  rodea por la izquierda el Penácaros y remonta hasta la collada que hay detrás, donde encontramos unos túmulos celtas. Aquí se reúnen de nuevo ambos grupos para continuar por el PR, que rodea la última cumbre, peña de la Escuita, antes de avistar el pueblo de Boal a nuestros pies. 
La bajada es fuerte, unos 215 metros, antes de llegar a Llaviada. Abandonamos aquí el PR, que retorna a los Mazos para cerrar el circuito. Pero nuestro objetivo es terminar en Boal, para lo cual  bordeamos por la derecha el campo de fútbol para tomar una pista asfaltada que nos conduce sin perdida hasta este pueblo,  punto final de la excursión de hoy.

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Horario 6:00 h  Desnivel de subida 438 m Desnivel de bajada 283 m Distancia horizontal 14,5 km Tipo de recorrido Travesia   Primavera

2 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 2 Dificultad en el desplazamiento 3 Cantidad de esfuerzo necesario

La Sierra del Torbeñu es una alineación situada en el sector oriental del cordal del Collau Zorro, justo encima del desfiladero de Los Beyos, unida por el Collado Granceno a la cuerda principal de ese cordal. Se extiende en dirección N.S. a lo largo de aproximadamente 4 KM, a partir de sus desplomes septentrionales que caen hacia el río Cándano y Puente Huera a formar las espectaculares foces por las que desciende el mencionado río. Está toda ella en el Concejo de Ponga siendo su cresta cimera el Sen de Los Mulos de 1.505 m. de cota.
Comenzamos nuestra ruta en la Cda. Llomena, (993 m.), situada entre la carretera que une Viego y San Juan de Beleño, por una pista que en poco tiempo nos dirige a Les Bedules (1.025 m.). Un precioso mirador con unas inmejorables vistas,  nos describe todas las cumbres visibles a nuestro alrededor. Continuamos subiendo suavemente por la pista principal y al cabo de una hora llegamos a la Collada Granceno (1.190 m.), fácil de identificar por la cabaña que hay a su izquierda.
En esta amplia pradería seguimos un camino hacia el E. y tras un corto ascenso, bajamos a un pequeño rellano con cabaña en ruinas denominado “Entre Los Collados”. Continúa el camino, ya convertido en senda a desembocar en la loma de Viances (1.243 m.). Frente a nosotros el murallón del Sen de Los Mulos.
En este punto hay que girar a la dcha. (S.E.) siguiendo  un camino muy marcado que bordea por su parte superior el bosque de Peloño. Poco más adelante pasamos bajo la cueva de La Ñabella. Continuamos hasta el Porrón de Ardimales. A los pocos metros giramos 180º  (izda.) para entrar en el Valle de Tolivia, una estrecha y alargada pradería con restos de algunas cabañas y un bonito y solitario “Texu”, al que llegaremos procurando no perder altura, por sendas de ganado.
Para ascender al pico, se continúa hasta el fondo del valle. En la rampa final, hay que ladearse hacia la derecha hasta entrar en un “valleyu”,  donde se alcanzan los últimos árboles, y después de  pasar  una zona rocosa, tras un corto y aéreo cresteo (O.) hacer cumbre en el P. Sen de Los Mulos a 1.505 metros de altitud, donde se goza de espectaculares vistas.
Tras el descenso, de nuevo en la collada Granceno, retomamos el itinerario por el mismo camino que recorrimos a la ida para llegar de nuevo a la Collada Llomena, final de éste recorrido de ida y vuelta en el Concejo de Ponga.

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Horario 6:00 h  Desnivel de subida 550 m Desnivel de bajada 550 m Distancia horizontal 20,5 km Tipo de recorrido Ida y Vuelta   Primavera

2 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 2 Dificultad en el desplazamiento 3 Cantidad de esfuerzo necesario

El cordal de Murias separa las cuencas del río Aller y de su afluente, el río Negro. Comienza en Moreda y va ganando altura según progresa hacia el SE. A 1200 metros de altitud, en este cordal, se encuentra el aparcamiento de Coto Bello, lugar al que puede llegar el autocar por la carretera del puerto de San Isidro. Se deja ésta en la salida de Corigos, saliendo a una rotonda que señala a Coto Bello, donde se llega tras una fuerte subida de 10 km.
Comenzamos a caminar, con rumbo O, por una pista que sale tras la alargada edificación que hay en la explanada de Coto Bello y que, tras una suave subida, nos conduce en menos de media hora al Pico Renorios (1334 m.), reconocible por la gran antena de TV que lo corona. Las vistas desde aquí son espectaculares. Entre otras cosas, podemos observar la ruta que tenemos por delante, siguiendo el cordal de Murias, que, hacia el SE, va ganando altura hasta llegar al Alto de la Tejera (1557 m.).
Retomamos la pista que nos ha conducido hasta el P. Renorios y que, tras girar a la izda, ha tomado rumbo SE, siguiendo el cordal y ganando altura con suavidad.  A nuesta derecha se hace ahora visible el valle del rio Negro, con los pueblecitos que lo jalonan: Santibañez, Murias, Nembra, etc.
Al llegar a la base del Alto de la Tejera, la pista gira subitamente para rodear la cumbre por la derecha.  A las dos horas de marcha, desde el inicio, llegamos a un collado, a 1520 m. de altitud. Desde este punto, sale un ancho camino que nos lleva sin esfuerzo al Alto de la Tejera, que ahora tenemos al norte.  Vistas en un angulo de 360 grados.
De vuelta en el collado de 1520 m., retomamos la pista, que ahora desciende con suavidad hacia la otra vertiente. Tras media hora de bajada, dejamos a nuestra derecha una fuente de abundante agua y amplio abrevadero. La pista va girando poco a poco, primero al E, luego al NE.  Aquí conviene ir con cuidadado porque, diez minutos después de pasar la fuente, hay que abandonar la pista principal ( que baja a Conforcos, pueblo que ya tenemos a la vista, hacia el NE), y tomar otra pista, que sale a la derecha, hacia el sur, en suave ascenso. La nueva pista llega a un bosquete y gira a la izda antes de volver a  descender con suavidad.  Un último repecho de fuerte subida y ya solo nos queda acometer el descenso decidido hacia el valle del Alto Aller.  Aunque la pista va zigzagueando continuamente, va siguiendo rumbo E,  y podemos divisar frente a nosotros, en la ladera opuesta del valle, el pueblo de Llamas y, tras él, el pico del mismo nombre.
Siempre en descenso, dejamos atrás las majadas de Llanón,  el Pozo y Zapata y, tras seis horas de marcha, desde el inicio, llegamos al pueblo de Casomera, final de trayecto.

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Horario 6:00 h  Desnivel de subida 550 m Desnivel de bajada 942 m Distancia horizontal 17,5 km Tipo de recorrido Travesía   Primavera

1 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 2 Dificultad en el desplazamiento 2 Cantidad de esfuerzo necesario

De la parte alta de Pallide, tomamos una buena pista que, en llano y con rumbo E, nos conduce hasta el arroyo de la Remolina, cuyo curso remonta, en paralelo con él, hasta llegar a la majada de los Portales, donde existe un redil para el ganado.  Aqui la pista es sustituída por un sendero que, siguiendo el arroyo, se introduce en el angosto desfiladero de El Estrecho. Al otro lado de la hoz, y tras remontar un buen repecho, salimos a La Praderona, con bonitas vistas de la zona.  Una vez aquí, podemos acceder al Pico Juan Bueno (1.409 m), de pedregosa superficie, en menos de 15 minutos.
De vuelta en la Praderona, seguimos remontando el curso del arroyo y, tras un giro a la izquierda, desembocamos en otra pista que,  con rumbo O, en poco trecho nos lleva al Puerto de Linares. Desde este punto, el acceso al Pico Cueto (1.549)  se realiza con comodidad.  Poco más adelante, la pista se bifurca: el ramal de la derecha desciende hacia el pueblo de Solle; nos desentendemos de él y tomamos el de la  izquierda, que sigue casi en llano por la ladera norte de la línea de cumbres que separa los concejos de Lillo y Reyero.  Tras atravesar un bosque, el camino corona el cordal y, tras un fuerte giro a la izquierda, comienza a descender con rumbo SE hacia una gran nave que tiene  forma de L.
Aparece aquí una nueva pista, que tomamos, y siempre en descenso con rumbo SE,  vamos  dejando a nuestra derecha una línea de cumbres  (los Peñones Negros, la Peña Libiana y el Peñón del Faco), antes de llegar de regreso a Pallide, donde finaliza el recorrido.

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Horario 5:30 h  Desnivel de subida 500 m Desnivel de bajada 500 m Distancia horizontal 13 km Tipo de recorrido Circuito   Primavera

2 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 2 Dificultad en el desplazamiento 2 Cantidad de esfuerzo necesario

Bajando del Puerto de San Isidro por la carretera que va a Isoba, unos 1000 m. despues de la Estación de Invierno, a la izda. de la carretera sale una pista de tierra conocida como Camino de Wamba (1.450 m).  Comenzamos aquí nuestra caminata.
Siguiendo la pista, nos introducimos en el amplio y despejado valle del río Gavitas, siempre en suave ascenso, hacia la línea de cumbres que tenemos al norte.  Tras unos 4 km de agradable caminar,  llegamos al collado Acebal (1.730 m), que hace frontera entre León y Asturias. Existe aquí un pequeño refugio de caza, construído por el antiguo Icona.
El ascenso (opcional) al pico Cascayón (1951 m) puede hacerse desde este collado, o bien dejando la pista un poco antes para encaramarnos al collado del Trave (1778 m) y, desde aquí, acometer la subida a la cumbre. En cualquier caso, las recientes restricciones de paso impuestas por la Administración en esta zona de la sierra de Corteguero, nos obligan a desdender del Cascayón hacia  la collada Acebal.
La ruta continúa por un sendero que, partiendo del refugio, rodea a media ladera la mole del Cascayón. Tras atravesar la colladina de la Xara, y luego de un pequeño sube y baja , el sendero nos conduce a una escondida planicie donde se encuentra el lago Ubales.  Desde éste descendemos a una pista que, con rumbo NO, nos conduce hasta el amplio collado de la Canalina (1.563 m.), una preciosa pradería a los pies del Corteguerón.
A partir de aquí, la pista inicia un claro descenso hacia la Collada Vallego, el Pasaorio y la Cerra. Dejamos aquí la pista principal (que termina en la Infiesta) para tomar  otra que sale a la derecha y, tras dar un pequeño rodeo para cruzar el arroyo Pontigón, remonta un último repecho antes de llegar a la Felguerina (850 m.), final de trayecto.

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Horario 6:00 h  Desnivel de subida 500 m Desnivel de bajada 1.100 m Distancia horizontal 18,5 km Tipo de recorrido Travesía   Primavera

2 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 2 Dificultad en el desplazamiento 3 Cantidad de esfuerzo necesario

Comenzamos a caminar en el pueblo de El Pino (631 m.), en dirección Sur, por una pista asfaltada que nos lleva hasta el Molín de Peón. Cruzamos el río por un rústico puente de piedra y, siguiendo las señales del PR-AS-31.1, pronto pasamos junto a una llamativa fuente (fuente de las Gavilanceras).  Poco  a poco nos acercamos a la entrada  del encajonado barranco al fondo del cual corren, tumultuosas, las aguas del río Pino. La pista es substituida por un camino empedrado que va remontando el desfiladero, ahora al nivel del río: es el tramo más espectacular del mismo, pues el agua baja muy rápida y el fragor nos envuelve. Finalmente, llegamos a una encrucijada conocida como El Posaero (986 m), salida de la Foz del Pino.
Tomamos aquí el camino de la izda. e iniciamos una fuerte subida por la ladera occidental del pico Pando, entre verdes praderías. Siempre en ascenso, dejamos atrás la braña El Pedroso, hasta alcanzar la Collada Cavera (1.467 m.).  Es aquí donde nos damos cuenta de que el esfuerzo de la subida ha merecido la pena. Porque la vista que nos encontramos de repente, con el Pico Pando a nuestra izquierda, y la Peña Melera al fondo, destacando sobre una larga alfombra verde, es de las que permanecen largo tiempo en la memoria.  Desde este punto, podemos acometer el ascenso al Pico Pando Occidental, de 1.566 m (ascenso opcional). Continuamos, en agradable paseo, por la verde pradería, y pronto llegamos al Collado Pandos, junto al cual se alza la Peña Melera  o Pico Pando Oriental (1.541), de fácil acceso.
Iniciamos la bajada desde el Collado Pandos hacia una cabaña visible desde arriba (majada Gallos). La senda en esta zona se pierde por momentos y hay que seguirla con cuidado. A partir de aquí, la bajada es rápida y dura, por un bosque de hayas. Hay que arrimarse a la base del farallón rocoso que tenemos a nuestra izquierda y que, muchos metros más abajo, se usa como escuela de escalada. Tras un largo y vertiginoso descenso, desembocamos en una pista que discurre paralela a la carretera. La seguimos hacia la izquierda y pronto llegamos al puente de la Muñeca, sobre el río San Isidro. Tras cruzarlo, el área recreativa Las Corraonas está a la derecha.
A la izda. del puente sale una pista que, en paralelo a la carretera y al río, nos lleva a Felechosa en  unos 30 minutos, final de trayecto. 

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Horario 6:30 h  Desnivel de subida 1.000 m Desnivel de bajada    960 m Distancia horizontal 14,2 km Tipo de recorrido Travesía   Primavera

3 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 3 Dificultad en el desplazamiento 3 Cantidad de esfuerzo necesario

La aproximación desde los Lagos de Covadonga a Ario, la convierte en una de las actividades montañero-senderistas más atractivas asequibles y fáciles que se pueden realizar dentro del Parque Nacional de Picos de Europa. 

Del aparcamiento de Buferrera (Lagos) cruzamos por el centro de visitantes el Arboreto y el Museo de las antiguas explotaciones mineras, hasta el Campo La Tiese a orillas del Lago Ercina. Por su parte Oriental cogemos un buen camino en sentido S.E. que pasa por las majadas de La Veguina y El Brazu, donde hay un bonito y solitario “Texu”, hasta coronar la Vega del Paré.
Continuamos ahora en llano hasta Cueñe Les Bobies, amplia campera con numerosas cabañas alguna de ellas habitada en verano por los pastores de la zona. Al poco nos acercamos a la fuente de La Canaleta sobre un pequeño promontorio. Sigue el sendero por la ladera del pico La Piedra Llana hasta el Llaguiellu (antigua laguna, ahora seca). Estamos en un punto crítico de la travesía; muchas personas se pierden al proseguir valle abajo (izda) por el camino que de seguirlo, nos llevaría a la Redondiella y Belbín. Hay que continuar de frente y subiendo por una zona de caliza hasta las Reblagas. Nos encontramos ahora en el valle de Las Campizas donde acometemos la última “cuesta”, se conoce como Las Abedulosas. Poco tramo nos queda para coronar en el amplio y espectacular collado del Jitu. Hacerlo por primera vez se puede comparar con un deslumbramiento; ante nuestros ojos se despliega todo el sistema del Macizo Central destacando la Torre de Cerredo máxima cota de “Picos” y de todo el norte Peninsular. En este punto se encuentra una “Tabla de Orientación”. Cerca nos queda la famosa sima del Jitu. Unos centenares de metros nos quedan para llegar al refugio Marqués de Villaviciosa; nos desentendemos de él y atravesamos la gran Vega dejando a la izda. las cabañas de piedra semiderruidas hasta llegar al reborde que forma el laberinto Kárstico del Jou de la Cistra que se extiende hasta el collado de Las Cruces, base del pico Jultayu. De este punto iniciamos ya la propia ascensión. La vía recorre la fácil y evidente arista N. del pico, por la que discurre un senderillo que a veces se pierde en los tramos rocosos. La cima de 1.940 metros de cota nos muestra un amplio y esplendoroso paisaje sobre gran parte del macizo de Picos de Europa. Un abismo de 1.400 metros de verticalidad se abre a nuestros pies por encima del Cares. El descenso es más atractivo hacerlo en travesía por la cresta O. en dirección al P. Cuvicente, así se tiene la oportunidad de pasar junto al Juracao, una ventana natural por la que se ve Caín a vista de pájaro y bajar directamente al N. por una marcada loma hacia el Jou del Jultayu y el collado del Jitu donde nos reunimos con el resto del grupo que no haya hecho cumbre, regresando todos juntos a Lagos por el mismo itinerario.

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Horario 7:30 h  Desnivel de subida 900 m Desnivel de bajada 900 m Distancia horizontal 20 km Tipo de recorrido Ida y Vuelta   Verano

3 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 3 Dificultad en el desplazamiento 4 Cantidad de esfuerzo necesario

 Esta histórica ruta comienza en el pueblo de Tazones, donde hace cinco siglos desembarcó procedente de Flandes Carlos V, futuro rey de España, que posteriormente se desplazó hasta Villaviciosa para descansar unos días.
A unos 60 metros del puerto, encontramos el Hotel Imperial, y junto a él un panel informativo que nos explica todo acerca de la ruta: historia, planimetría, mapas... Dejamos este panel atrás y procedemos a seguir por el camino empedrado que viene marcado por las placas de color azul. Un poco más adelante, a unos 130 metros, giramos hacia la izquierda, continuando el camino entre las casas del hermoso pueblo. Vamos a llegar a un camino de pavimento con pasamanos de madera, también señalizado con una baliza; ascenderemos por él pasando entre árboles, como el olmo menor, y un conocido restaurante de la zona.
Llegando a los 700 metros de recorrido, nos encontramos con un cruce con la carretera VV-5, que atravesaremos con precaución, como marcan los carteles, para seguir el recorrido por el camino de enfrente. Unos metros más adelante, vemos una desviación hacia la derecha, pero nosotros continuamos nuestro camino. Alcanzado el primer kilómetro, nos desviamos a la derecha y continuamos por el camino hasta llegar al pueblo de Lliñeru/Liñero, haciendo caso omiso a los desvíos que nos aparecerán.
Poco antes del kilómetro 2 del recorrido llegamos a Lliñeru/Liñero, donde tomamos el ramal de la derecha siguiendo todo recto, sin desviarnos en ningún momento, hasta haber avanzado un kilómetro más, aproximadamente, donde el camino se bifurca y nosotros giraremos a la izquierda, para llegar al siguiente pueblo, Samartín/San Martín del Mar. Aparecen dos desvíos hacia la izquierda, pero nosotros continuamos por nuestro camino.
En el kilómetro 4,3, ya nos encontramos en Samartín/San Martín del Mar, desde donde podemos observar la preciosa ría de Villaviciosa, Reserva Natural Parcial que sirve de refugio y zona de descanso de aves migratorias; los porreos, terrenos ganados a la marisma mediante la construcción de diques destinados, principalmente, a usos agrícolas y ganaderos, y el molino de mareas de la Enciena, construido en 1880, que aprovechaba el flujo y reflujo del agua del mar para mover sus muelas y triturar la harina.
Unos 200 metros más adelante, aún en Samartín/San Martín de Mar, tenemos la oportunidad de poder visitar su iglesia y, próxima a ella, su tejo centenario del siglo XVIII; sólo hace falta seguir las indicaciones que presenta el cartel que nos encontraremos en el cruce. Continuamos nuestro camino hacia la derecha. Cuando llevamos caminados unos 6,2 kilómetros, aproximadamente, hallamos una preciosa cascada, también señalizada, hasta ahora casi desconocida, que se encuentra en el arroyo de los Molinos. Presenta una importante población de Woodwardia radicans, conocida comúnmente como píjara, helecho tropical que aparece en el catálogo regional de especies amenazadas de la flora del Principado de Asturias y que sólo cuenta con 23 poblaciones conocidas, una de ellas en el pueblo del inicio de esta ruta, Tazones.
Unos metros más adelante volvemos a tener un cruce con la carretera AS-256, en el que debemos extremar las precauciones, y por la que transitaremos unos 200 metros hasta encontrar otro camino hacia la derecha que tomaremos para llegar al siguiente pueblo. Una vez situados en Bedriñana, kilómetro 8,4, encontramos un cruce en mitad del pueblo; tomamos el camino que sigue de frente para salir de él, no sin antes visitar la iglesia de San Andrés de Bedriñana, hacia nuestra derecha, declarada Monumento Nacional en 1931 e incluida en el prestigioso elenco de iglesias prerrománicas de la región asturiana.
Continuamos por nuestro camino sin desviarnos hasta llegar al kilómetro 10, donde vuelve a unirse con la carretera AS-256, por lo que debemos tener cuidado, hasta llegar a Villaviciosa. Un kilómetro y pocos metros más adelante, nos hallamos ya en Villaviciosa. En esta preciosa villa se encuentra la Casona de los Hevia, que el año 1517 contó con la presencia del Ilustre Carlos V de Alemania, y que hoy día alberga la Exposición Permanente de la Estancia en la que se alojó el Emperador, y que si el horario nos permite, podremos  visitar.

Comenzamos a caminar en Torre de Babia (1.280 m.), por la pista asfaltada que sube hacia el norte, a la izquierda del arroyo de Torre. Al poco desaparece el asfalto, quedando una buena pista de tierra que va remontando el arroyo con suavidad.
Transcurridos 2 km. encontramos una bifurcación. Tomamos el ramal de la izquierda, que va girando hacia el O. y ganando altura según se acerca a la mole del Montihuero, que llevamos siempre a nuestra izquierda. La pista termina en la Majada Las Verdes, y es sustituída por una senda que, con rumbo O, sigue ganando altura hasta llegar, finalmente, a la laguna de las Verdes, cuya superficie esta cubierta por una especie de juncos de una curiosa coloración esmeralda. Seguimos remontando el curso del arroyo de Torre, ahora por el fondo de un valle flanqueado por las moles de Peña Chana a la derecha y la Peña de los Años a la izquierda, hasta alcanzar la Collá de la Fuente de Corisco (1947 m.), con buenas vistas, hacia el norte, de la Cordillera Cantábrica.
Desde esta collada se acomete el ascenso -opcional- a Peña Chana (2.106 m.), que no tiene dificultad técnica alguna. Ya en la cumbre, podemos disfrutar de la panorámica que ofrece la cercana cordillera, cuyas cumbres más notable en esta zona son: Los Picos Blancos, las Morteras, el Cuetalbo y la Torre de Orniz. Un poco más lejos, el macizo de las Ubiñas destaca en el horizonte con todo su esplendor.
De vuelta en el collado, retomamos la senda que traíamos y que ahora, en llano, efectúa un giro a la derecha, bordeando por el oeste la mole de Peña Chana, para dar vista a un verde valle, al fondo del cual corre el joven río Sil, que nace un poco más arriba, en la falda de Peña Orniz.  Descendemos al valle, cruzamos el río (que aquí es apenas un arroyuelo) y remontamos por su margen derecha,  buscando el mejor paso entre las  matas de brezo que pueblan esta zona, hasta desembocar en una senda que transita con rumpo NO hacia un pequeño collado. Coronado este, damos vista a otro valle, a los pies de los Picos Blancos, por donde se intruduce el Sil tras efectuar un giro a la izquierda.
La senda continúa hasta la Majada Abeseu, y luego desciende decididamente hasta enlazar con otra que   baja desde el collado de la Paredina (entre los Picos Blancos y los de la Mortera), con rumbo SO , y que, a partir de aquí, acompaña al curso de agua en su descenso. No nos queda más que seguir esta senda, que cruza el río un par de veces, y, en poco más de  3 kms., llegamos a La Cueta (1.440 m.), punto final de esta espectacular travesía por tierras de la Montaña Leonesa.

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Horario 6:50 h  Desnivel de subida 830 m Desnivel de bajada 670 m Distancia horizontal 15 km Tipo de recorrido Travesía   Verano

2 Severidad del medio natural 3 Orientación en el itinerario 3 Dificultad en el desplazamiento 3 Cantidad de esfuerzo necesario

La Peña Vieja es la cumbre más alta del sector oriental de los Urrieles, el techo de Cantabria, uno de los picos más característicos desde siempre de los Picos de Europa y, desde que la construcción del teleférico de Fuente De los puso a tiro de piedra, sin lugar a dudas, uno de los más visitados. Está en esquina S.E. del macizo, levantando su gran paredón oriental sobre las praderías de los puertos de Áliva y lanzando su crestería meridional a caer prácticamente encima de la estación superior del teleférico.

Desde el Mirador del Cable (1.834 m.), el camino a seguir es archiconocido, architransitado y archidescrito. Por lo menos hasta llegar a la bifurcación donde dejamos a nuestra izda. el camino de Horcados Rojos y cogemos hacia la dcha. (E.) el que asciende al Collado de La Canalona. Este sendero sube en fuerte pendiente, pero bien marcado, ofreciendo una estupenda perspectiva, que mejora a ojos vistas, conforme se gana altura, escoltados por la espectacular Aguja de la Canalona. Después de unas 2 horas y media de marcha, y tras atravesar un molesto tramo de pedrero muy suelto, llegaremos al Collado de la Canalona (2.444 m.).
A nuestra dcha. (S.E.), la Peña Vieja, nos muestra su ladera N.O, la de más fácil acceso. Por un senderillo bien marcado, nos acercamos a su base y comenzamos a remontarla. No tiene problema ninguno, es una ladera de pedrero muy descompuesto por la que se asciende bien, aunque con precaución, siguiendo el caminillo que el incesante pasar de montañeros ha abierto. Desde su cima, se divisan las cumbres más importantes (el Urriellu, Torrecerredo, Picos de Santa Ana, el Llambrión, la Palanca, etc).
La bajada se hace por el mismo itinerario, y huelga decir que con el máximo cuidado, por los pedreros descompuestos que utilizamos para llegar a su cima.

CABAÑA VERONICA
Cabaña Verónica es un pequeño refugio de montaña situado a 2.325 metros de altitud en las estribaciones del Pico Tesorero. Este peculiar vivac de tan solo 9 metros cuadrados es muy conocido entre los montañeros, al ser el refugio guardado a mayor altura. Tiene una capacidad para unas 8 personas y está dotado de víveres, una camilla especial para evacuación de accidentados y emisora de radio. Su instalación parte de una idea del ingeniero bilbaíno Conrado Sentíes y de su amigo el arquitecto Luis Pueyo, que en 1.961 animaron a Delgado Ubeda, Presidente de la Federación Española de Montaña, a comprar un de las cúpulas antiaéreas del portaviones americano Palau, que estaba siendo desguazado en la dársena de Sestao. El refugio, bautizado con el nombre de una de las hijas del difunto Conrado, fue inaugurado el 13 de Agosto de 1.961.

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Horario 6:50 h  Desnivel de subida 761 m Desnivel de bajada 761 m Distancia horizontal 10,5 km Tipo de recorrido Ida y Vuelta   Verano

3 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 4 Dificultad en el desplazamiento 4 Cantidad de esfuerzo necesario

Comenzamos a caminar en la carretera que sube al puerto de Somiedo, unos 1.500 m antes de llegar a lo alto, en la zona conocida como Curvas del Nisaleo (1.280 m.). En este lugar, tomamos una estrecha carretera de montaña que nos conduce a la aldea vaqueira de La Peral, en la que todavía se encuentran algunos “teitos”.  Dejando atrás el pueblo, el camino remonta el precioso valle del Trabanco, flanqueado por las moles de La Penouta, a la izquierda, y el Mocoso, a la derecha, hasta llegar a una fuente con abrevadero (Fuente Borrones). Luego, girando hacia la izquierda, llegamos al collado de la Enfistiella, punto clave de la travesía (1.698 m.).
Antes de llegar aquí, los que quieran hacer cumbre deben abandonar el camino a la altura de la zona conocida como Las Muchadas  para, tras una subida de 300 m monte a través, coronar el Mocoso, de 1.989 m, la cumbre más alta del sistema montañoso que sirve de divisoria de aguas entre los ríos Pigüeña y Somiedo, que terminan confluyendo mucho más abajo, en la localidad somedana de Aguasmestas.  El descenso lo haremos siguiendo el arco que describe la cresta, abriéndonos paso entre  los matos de escobas que cubren el monte, hacia el collado de la Enfistiella, donde nos uniremos con el grupo senderista.
Desde aquí parte un sendero hacia el Oeste que, tras una fuerte bajada de 300 m., desemboca en una amplia pista, cerca de la braña de los Cuartos. La pista sigue el curso del Pigüeña, con rumbo NO, a los pies de la sierra del Páramo. Tras caminar por ella unos 2 km en suave descenso, llegamos a la famosa braña vaqueira de La Pornacal, que conserva muchas cabañas de “teito” en excelente estado de conservación. La pista sigue río abajo y,  tras otros cuatro km. de agradable paseo,  termina en la localidad de Villar de Vildas, donde finalizamos  esta ruta por tierras somedanas. 

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Horario 6:00 h  Desnivel de subida 709 m Desnivel de bajada 1.139 m Distancia horizontal 16 km Tipo de recorrido Travesía   Otoño

2 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 2 Dificultad en el desplazamiento 3 Cantidad de esfuerzo necesario

Comienza esta excursión en el Puerto de la Cubilla, o Alto del Palo (1689 m), y seguimos por la carretera que desciende suavemente en dirección O hasta llegar a las instalaciones de la antigua Casa Mieres.  Dejamos aquí el asfalto y giramos a la derecha, remontando por detrás de Casa Mieres hasta desembocar en la amplia Vega de Candioches, de verdes praderías.
Remontamos la vega con dirección NO y pronto dejamos atrás la fuente de la Hoya, con buen abrevadero para el ganado que pasta por aquí. Antes de llegar al estrecho paso de los Ollones, giramos a la derecha, encaramándonos por la ladera que cierra el valle por el norte para buscar la Senda del Pan. Tras un suave remonte, nos introducimos en el espectacular Valle de Riotuerto, dominado por la mole de Peña Ubiña, que domina el horizonte frente a nosotros. Completan el panorama, la Ubiña Pequeña a nuestra izquierda y Peña Cérreos a la derecha.
Seguimos remontando el valle, con rumbo NO, y, pasada la Ubiña Pequeña,  remontamos hacia  la izquierda, sobrepasando la collada del Ronzón y Peña Carba, para comenzar la ascensión a Peña Ubiña pasando junto a tres rocas muy características. Terminada esta primera cuesta-pradería, nos topamos ya con la pared rocosa. Subimos por senda y terrazas hasta llegar a un espolón que baja de la arista por toda la cara E; lo traspasamos por una brecha abierta en la caliza echándonos hacia la izquierda, dando vistas ahora a los pueblos leoneses de la Babia. Por una estrecha y corta canal, que superamos con una facil trepada, nos situamos en la antecima SE. De aquí, por terreno muy facil y en ligero ascenso a lo largo de una larga y espectacular crestería, llegamos a la cumbre de Peña Ubiña la Grande (2.417 m).
El descenso lo haremos por el mismo camino, hasta la vega de Riotuerto, donde giramos a la izquierda para remontar hasta la cabecera del valle, la collada Terreros (1.933 m.). Desde este punto, iniciamos un rápido descenso por cualquiera de los múltiples senderos abiertos por el ganado, hacia el refugio de El Meicín (1.545 m.), donde podemos descansar y tomar un breve refrigerio. Sale de aquí una buena pista que nos conduce sin pérdida hasta el pueblo de Tuiza de Arriba (1220 m.), final de trayecto. 

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Horario 5:30 h  Desnivel de subida 728 m Desnivel de bajada 1.200 m Distancia horizontal 14 km Tipo de recorrido Travesía   Otoño

3 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 3 Dificultad en el desplazamiento 3 Cantidad de esfuerzo necesario

Comenzamos a caminar en el alto de la Colladona (843 m.), en la carretera que une Cabañaquinta y Pola de Laviana. Tomamos una pista que remonta suavemente hacia el NO, dejando la linea de cumbres a la derecha. Llegados a un cruce de pistas, giramos bruscamente a la derecha y remontamos la serranía para cruzar el cordal por la Collada de Caballos (1.029 m), dando vista al amplio valle de Tolivia.  La pista sigue zigzagueando, ahora por la loma oriental de la Sierra de Navaliego, siguiendo aproximadamente las curvas de nivel, hasta llegar a la altura del Pico Texio, lo rodea por el sur con dos violentas curvas en Z y se encarama en el cordal en la zona denominada Campa Espinera, donde hay un poste indicativo de direcciones.  A nuesta vista aparece, al Oeste, el valle del río Turón y, justo debajo de nosotros, el pueblo de La Hueria de Urbiés, que domina la cabecera del valle.
Seguimos la pista hacia el norte, ahora por la ladera occidental, en suave descenso, hasta la Campa Cimera (1.020 m), a los pies del Pico Tres Concejos (1.095), llamado así por ser frontera entre los concejos de Mieres, Laviana y San Martín del Rey Aurelio. El ascenso (opcional) hasta la cumbre se efectúa sin problemas por una pequeña senda que parte de este punto. Arriba encontraremos, junto al vértice geodésico, un panel indicativo de las cumbres que se avistan.  La pista gira aquí hacia el NO y, en suave descenso, se dirige hacia la zona conocida como la Colladiella (875 m.) donde, en sendos promontorios, se alza un monumento a la República y otro al Minero. Antes de llegar a ésta zona, sin embargo, debemos abandonar la pista para tomar una senda que baja rápidamente hacia el Sur (un poste indicativo señala a Urbiés), y nos conduce a la Hueria de Urbiés (650 m.).
Cruzamos esta localidad y salimos a una pista que sigue la caja de un antiguo ferrocarril utilizado para transportar el material de las minas que en su día  dieron vida al valle de Turón. Esta pista, que en su mayor parte transcurre en llano o en ligero descenso, es, en cierto modo, un museo al aire libre de la Minería, pues, en diversos puntos, nos sorprende con utensilios, herramientas, trenes y alojamientos que en su día se destinaron a esa actividad y que hoy se muestran en exposición. Hay incluso puentes metálicos para el ferrocarril y un par de túneles (sin luz, por lo que una linterna puede venir bien). La placidez de este  paseo solo es interrumpida por el cruce de una carretera  de montaña que sube a El Collado. Luego continuamos caminando así, en agradable paseo, siempre paralelos al río  y a cierta altura sobre él, viendo quedar atrás los pueblecitos que jalonan la cabecera del valle. 
Cerca ya de Puente Villandio,  tomamos un ramal que baja a la carretera, cruzamos ésta y el río, y nos topamos con el Pozo Fortuna, donde hay unos paneles informativos que cuentan una interesante historia sobre la vida del pozo. El autocar puede esperar aquí, o bien unos metros más allá, en Puente Villandio (400 m.). 

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Horario 6:00 h  Desnivel de subida 300 m Desnivel de bajada 700 m Distancia horizontal 18,4 km Tipo de recorrido Travesía   Otoño

2 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 2 Dificultad en el desplazamiento 3 Cantidad de esfuerzo necesario

Partiendo del aparcamiento de Arenas de Cabrales (100 m), cruzamos la carretera y nos introducimos en el centro del pueblo; dejamos atrás una encalada ermita, atravesamos el pueblo y tomamos una pista asfaltada que toma rumbo Este y transcurre en llano, paralela al río  Cares y a la carretera, que quedan a nuestra derecha.
En unos 10 minutos, dejamos atrás, a nuestra izquierda, la fábrica de queso “Vega de Tordín”. Más adelante, en la primera bifurcación, tomamos el ramal de la izquierda que, describiendo una gran Z, comienza a ascender hacia los contrafuertes que llevamos a nuestra izquierda. Aquí desaparece el asfalto  y comienzan a aparecer señales de pintura roja, que nos acompañarán todo el camino. Pronto se abandona la pista y, siguiendo las señales rojas, tomamos una senda que nos va encaramando, en sucesivas revueltas, al murallon que cierra por el norte el valle del río Cares.
Pasada una portilla, la senda se transforma en un camino empedrado, con la caja bien marcada, que transcurre a media ladera, con vistas espectaculares sobre el río. Siguiendo el camino, tras una subida suave, pero persistente, dejamos atrás las cabañas de la Prida y llegamos, sin pérdida, a los invernales de la Nava (700 m.), de muchas cabañas semiderruidas; hay mucha ganadería allí.
Delante de nosotros divisamos la silueta poderosa del Forcao del Cuerno, cuya subida (opcional) que acometemos por una canal en cuya base se abre una cueva en la que se cobija el ganado. Tras superar un fuerte repecho, hacemos cumbre en el Forcao del Cuerno (974 m.).
Regresamos a  la Nava, y luego a Arenas, por el mismo camino, aunque sin dejar de disfrutar del paisaje, porque la diferente perspectiva hace aparecer distinto el panorama cuando se recorre en sentido contrario. 

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Horario 6:00 h  Desnivel de subida 874 m Desnivel de bajada 874 m Distancia horizontal 13 km Tipo de recorrido Ida y Vuelta   Otoño

3 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 3 Dificultad en el desplazamiento 3 Cantidad de esfuerzo necesario

BELEN DE CUMBRES

La tradicional colocación del “Belén de Cumbres” es un momento mágico que cada diciembre hermana a los montañeros con las cimas de nuestro paisaje, un exponente del compañerismo que caracteriza a los aficionados al montañismo.
En nuestro grupo, este acto goza de una gran aceptación entre los socios y simpatizantes, aprovechando a su vez la ocasión para celebrar una comida de hermandad como cierre de la temporada.
Afortunadamente en Asturias siempre tendremos una montaña cercana y accesible que se nos ofrezca, para colocar nuestro pequeño y humilde “Belén de Cumbres”.

Comenzamos a caminar en el Collado de la Cruz de Llames (579 m.), donde tenemos oportunidad de subir a echar un vistazo desde el famoso mirador de el Fito, que ofrece espléndidas panorámicas del  macizo Occidental de Picos de Europa y de los valles asturianos situados al sur del Sueve.
Tomamos rumbo NE, avanzando entre pinares en dirección a la gran antena que domina el cordal de la Sierra del Fito y enlazamos con una pista que recorre la sierra por su ladera izquierda. Caminamos por ella un trecho, prácticamente en llano, hasta llegar a la collada La Abierta (481 m.) que separa las modestas cumbres del Bustronci (534 m.) y la Gobia (538 m.).
Éste año, instalaremos nuestro pequeño Belén en el Pico Bustronci, de muy fácil acceso, con el fin de que todas las personas puedan participar en ésta bonita tradición montañera.
Terminado este acto, retrocederemos por la pista que nos trajo hasta aquí, hasta enlazar con otra, que circula casi en paralelo con ella pero a un nivel inferior. La nueva pista nos conducirá hasta el collado de la Forquita (303 m.) encrucijada de caminos, tomamos el que sale al oeste del pico y que, en rápido descenso, nos conducirá en media hora al pueblo de Prado, en Caravia Alta (130 m.).

La Junta directiva del Grupo de Montaña San Nicolás: José Luis, Tony, Mari Carmen, Jesús, Ana, Rafael y Polledo, os deseamos ¡Felices Fiestas Navideñas!

 MIDE

Horario 3:00 h  Desnivel de subida 150 m Desnivel de bajada 600 m Distancia horizontal 9 km Tipo de recorrido Travesía   Otoño

2 Severidad del medio natural 2 Orientación en el itinerario 2 Dificultad en el desplazamiento 2 Cantidad de esfuerzo necesario